Llegó la primavera y con ella la temida alergia estacional… ¿Sabías que hay alimentos que te pueden ayudar con los síntomas?
La anhelada primavera nos trae más calorcito, flores y más luz para aprovechar las horas del día, pero también para algunas personas este cambio de clima puede significar picazón de nariz, estornudos y otros síntomas incómodos asociados con la alergia. Si te identificas con lo mencionado, en este artículo te daremos algunos tips nutricionales para sobrellevarla de mejor manera.
¿Qué son las alergias de primavera?
Son reacciones exageradas de nuestro organismo, mediadas por el sistema inmune, frente al encuentro de diferentes sustancias ambientales como ácaros del polvo, hongos, pólenes y pelos de mascotas.
Las reacciones que se generan debido a estos alérgenos pueden ser muy variadas, las más comunes son ojos rojos con picazón, estornudos, congestión nasal, rinorrea, tos y piel inflamada con picazón.
¿Qué tiene que ver la alimentación con las alergias de primavera?
No es novedad que lo que comemos puede impactar de manera positiva o negativa nuestra salud, a nuestras hormonas, células y a sistemas completos. Si bien, al realizar elecciones alimentarias (algunas veces de manera consciente) pensamos en nuestro organismo, a veces se nos olvida también pensar en nuestro principal órgano del sistema inmune, nos referimos a la Microbiota Intestinal.
La microbiota está conformada por poblaciones de bacterias, hongos, virus y levaduras que habitan en todo nuestro organismo, pero la mayoría se concentra en el intestino, de ahí su nombre microbiota intestinal. Sin estas poblaciones no podríamos vivir, más que hablar de una relación de simbiosis con estos microorganismos lo más adecuado es visualizarlos como una parte fundamental de nuestra existencia, es decir, no sólo somos células humanas, sino que somos un organismo más complejo, “un Holobionte”.
La forma en que nos alimentamos desempeña un papel fundamental en la conformación de las poblaciones que habitan nuestra microbiota intestinal. Entre sus múltiples funciones, la microbiota intestinal es clave para mantener la integridad de la barrera epitelial intestinal y la homeostasis inmunitaria intestinal; Además, los nutrientes y sus metabolitos endógenos o bacterianos pueden regular la inflamación alérgica en órganos distantes más allá del intestino, como el pulmón y la piel, ya que todo está conectado mediante los ejes intestino-pulmón e intestino-piel lo que explica el por qué si algo afecta a nivel de intestino se puede manifestar en otros órganos.
La alimentación occidental, caracterizada por ser predominantemente alta en grasas saturadas, azúcares, ultra procesados y ser baja en fibra, antioxidantes y polifenoles es reconocida como un factor de riesgo para desarrollar enfermedades alérgicas porque no se alinea a lo que “deberíamos darle de comer” a nuestra microbiota intestinal para que esté sana y pueda llevar a cabo sus funciones de manera correcta, entre ellos, ayudarnos con tener un sistema inmune regulado.
Hábitos nutricionales que desregulan la microbiota intestinal y favorecen alergias
-Alimentación alta en calorías
-Alimentación alta en azúcares, edulcorantes artificiales, ultra procesados.
-Dietas altas en proteínas.
-Alimentación con alto contenido de grasas saturadas, Omega 6, colesterol y grasas trans.
-Alimentación baja en fibra dietaria, con escaso consumo de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, algas, semillas y frutos secos.
-Bajo consumo de alimentos aportadores de Zinc, Hierro y vitaminas A, D y E.
Alimentos “anti alérgicos”
-Aceite de oliva 100% extra virgen:
Es una grasa monoinsaturada que principalmente aporta Omega 9 a nuestra dieta y se ha demostrado que entrega protección contra las alergias al mejorar la integridad de la barrera de la mucosa intestinal. Además por su contenido en polifenoles y otros fitoquímicos, tiene un importante rol antiinflamatorio y de protección a la microbiota intestinal.
Sus antioxidantes y grasas saludables (ácidos grasos monoinsaturados) protegen las neuronas y están asociados a una mejor memoria y menor riesgo de deterioro cognitivo.
-Semilla de chía y de linaza:
Se destacan por su alto contenido en grasas poliinsaturadas Omega 3 y en Fibra. El omega 3 ha demostrado ayudar en la disminución de citoquinas proinflamatorias relacionadas a la alergia y la fibra se ha relacionado con menores riesgos de asma y de rinitis alérgica. La fibra es el alimento predilecto de la microbiota intestinal, la cual es clave para mantener la salud del eje intestino – piel o la regulación intestino-pulmón en las reacciones alérgicas en la piel y los pulmones. Sorprendentemente, la chía contiene alrededor de 5 veces más calcio que la leche, además de ser rica en omega-3 de origen vegetal, fibra y antioxidantes.(Ver más)
-Té verde y té negro:
Los polifenoles derivados del té, confieren propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que ayudan con la regulación de la inflamación alérgica. Por ejemplo, uno de ellos, la Quercetina, es eficaz para reducir los síntomas alérgicos al disminuir la Inmunoglobulina E y las citoquinas proinflamatorias, lo que resulta en un mejor control de los síntomas relacionados al asma y a la rinitis.
Una taza de té verde aporta energía, pero sin el “golpe” fuerte del café. Esto se debe a la combinación de cafeína con la L-teanina, un aminoácido que promueve calma y concentración.(Ver más)
-Suplementos de Vitaminas y Minerales:
Micronutrientes como las vitaminas A,D y E y los minerales como el zinc y el hierro, poseen propiedades inmunomoduladoras, es decir, tienen una gran importancia en el manejo de la inflamación alérgica.
Por ejemplo, niveles altos de vitamina A pueden ser beneficiosos en el tratamiento del asma. Y la suplementación de vitaminas E y D, solas o combinadas pueden ayudar a aminorar síntomas de alergias. Adecuados niveles de Vitamina D se han relacionado con una mejor remodelación de las vías respiratorias en el asma, también un adecuado nivel de vitaminas A y D es particularmente importante para mantener la tolerancia inmune a los alérgenos de la dieta o ambientales.
Las vitaminas se dividen en hidrosolubles (como la C y las del grupo B, que se eliminan rápido por la orina) y liposolubles (A, D, E y K, que se almacenan en la grasa del cuerpo). (Ver más)
Recuerda siempre asesorarte con un especialista, para que pueda guiarte en la elección de alimentos y suplementos más adecuada para ti y tus necesidades nutricionales y/o terapéuticas.
Escrito por:
Nutricionista Nazira Docmac para la Botica de Josefina
Bibliografía:
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Venter, C., Eyerich, S., Sarin, T., & Klatt, K. C. (2020). Nutrition and the Immune System: A Complicated Tango. Nutrients, 12(3), 818. https://doi.org/10.3390/nu12030818